¡Qué ganas tenía de compartir la boda de Sara y Eric! El vestido de María Baraza y las fotos de Lola y su Fotomatón me conquistaron desde el primer momento. Creo que en 2020 Sevilla me persigue y yo encantada de publicar de nuevo una boda celebrada en una de mis ciudades preferidas.
Sara y Eric se conocieron en Toronto, ciudad en la que viven desde hace más de tres años. Él nació en Estambul y Sara en Madrid. «Es algo que es muy difícil explicar, pero desde que le conocí sabía que era él. Al poco de conocernos, nos fuimos a vivir juntos y un año después me vi en un helicóptero sobrevolando los rascacielos de Toronto diciéndole «Sí quiero». Una sorpresa que recordaré toda la vida».
Se casaron el 31 de agosto en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla y para el gran día Sara lució un precioso diseño de María Baraza «no pude tener más suerte con ella. María supo captar la idea casi solo mirándome, se adaptó a mis circunstancias, como la que más, y me dio una confianza enorme, cada vez que viajaba a España ella ya me tenía un par de pruebas preparadas. Es una gran profesional y un diez como persona».
Los preparativos los compartió con su padres, su hermano y su novia. «He de decir que antes de la boda yo estaba muy muy nerviosa, tanto que cuando llegué a la Catedral casi me da algo al darme cuenta de que me había dejado el ramo en casa (creación de Cártamo Flores). Menos mal que una de mis tías siempre está en todo y tuvo que ir mi primo volando a por él. Quedará siempre como anécdota divertida«.
Completó su look con unos espectaculares Jimmy Choo y una tiara de Janet&Schulz. Para maquillaje y pelo, confió en Jesús Beltrán, de Oui novias, «no pude tener más suerte con él. Quería algo muy natural y destacar un poco los ojos. Estuve super contenta con el resultado y me dio mucha confianza en las pruebas».
Entró a la Iglesia, decorada por Cártamo Flores, del brazo de su padre; «ver a toda la gente que te está esperando al llegar, creo que es uno de los momentos más emotivos de las bodas». La ceremonia fue en español y como nos cuenta Sara, «Eric leyó su parte perfectamente, para la sorpresa de todos (él no habla español fluido). Fue muy bonito todo para nosotros».
Tras la emotiva ceremonia se trasladaron a la casa Palacio Villa Luisa, muy cerca del centro de Sevilla. Del catering se encargó Alda y Terry, «fue otra de las mejores elecciones que pudimos hacer. Todo el mundo nos felicitó. Trato impecable y comida inmejorable. Nos ayudaron más allá de lo que les correspondía». La decoración de las mesas y barras fue obra de Cártamo Flores, «todo ideal».
«Qué bonito es querer«, de Manuel Carrasco, fue la canción elegida para entregar los dos ramos de flores; «a dos personas muy especiales para Eric, su madre y su tía y yo le di el mío a mi madre». A las invitadas les regalaron unos pareos/toalla de Estambul con las iniciales de cada una bordadas y para el resto de invitados se decantaron por unos puros.
Abrieron el baile a ritmo de «The night we met» de Lord Huron, «ya que para nosotros la noche en la que nos conocimos fue verdadera magia».
Como nos cuenta Sara, «la gente te dice que disfrutes del día de tu boda porque pasa volando y literalmente, para nosotros se pasó en un abrir y cerrar de ojos, cuando nos quisimos dar cuenta eran casi las 6, yo estaba bailando descalza y nos encendieron las luces, no queríamos que acabara».
Sara, mil gracias por compartir conmigo un día tan especial, por el cariño con el que me has transmitido cada uno de los momentos que vivistéis el 31 de agosto. ¡Os deseo lo mejor! Un besazo enorme desde Madrid.
Fotos: @lolaysufotomaton
