El vestido de Inés ha dado la vuelta a IG. He de reconocer que fue un auténtico flechazo. Y es que, este diseño de Valenzuela, es todo un espectáculo. «Quería un vestido muy sencillo pero con una espalda muy bonita y hombreras marcadas. Utilizamos unos botones antiguos que me regaló la abuela del novio, Almudena. Eran unos botones de su madre. Al casarme en el campo, no quería llevar mucha cola y en la segunda prueba, decidimos que la llevaría a modo de capa desde los hombros para quitármela fácilmente durante la celebración».
Así me describía Inés su vestido de novia, pero antes de contaros los detalles de su gran día, quería compartir con todos vosotros su bonita pedida. Inés y Enrique se conocieron en la universidad, pero su relación comenzó años más tarde, cuando se reencontraron por motivos de trabajo. Al año, y para celebrar el cumpleaños de Inés, fueron a Granada y tras cenar y con la Alhambra de fondo » me dio mi regalo de cumpleaños y cuando lo estaba abriendo, vi que era el diario de la novia de Petite Mafalda y él estaba de rodillas con el anillo. Me hizo tanta ilusión que no miré ni el anillo, no podía parar de abrazarle, fue un momentazo».
El 26 de octubre se casaron en la Iglesia de San Pedro en Garrovillas de Alconétar. Como ya os he adelantado, para la ocasión Inés lució un espectacular diseño de Valenzuela y completó su look con un tocado de Cherubina, unos bonitos pendientes regalo de sus ahijados, el anillo de pedida, de diamantes y oro amarillo en forma de estrella y unos bonitos zapatos de Just Ene Shoes. Para resaltar aún más su belleza confió en Inés Castaños, y en el ramo, de El Invernadero, «llevaba una cinta con la frase: «Como hoy, siempre» y una medalla de la Virgen de Covadonga, regalo de mis amigos Paloma y Alejandro».
Inés compartió los momentos previos con «la hermana de Enrique y con mi madre ya que no tengo hermanos. Para mí, los hermanos de Enrique son como si fuesen los míos».
Enrique eligió un chaqué de Absolute Bespoke y unos zapatos de Cuens&Co, marca de Inés. Completó su look con unos gemelos regalo de su abuela Loli, con reloj Cartier de la pedida pedida con un pañuelo, de Villalegria Home Linen, que le regaló Inés unos meses antes de la boda con una frase personalizada.
Inés llegó acompañada de los peques de la familia. «Para las niñas elegimos unos vestidos de florecitas haciendo un guiño a que la boda era en el campo de Elefantine Shop y para los niños unas ranitas en color crudo con camisas cuello mao blancas. Encima llevan unas capas españolas en color crudo de Little Indians y en los pies unas alpargatas verdes haciendo juego con mis zapatos».
La ceremonia fue muy emotiva y tras dar el «Sí Quiero» se trasladaron a la finca de la abuela paterna de Enrique, El Vaqueril.
Del catering se encargó Yuyu, de El Senescal, amigo de la familia y de los postres «la madre de una íntima amiga mía del colegio que tiene la empresa más rica del mundo Onemoreplis». El grupo «Cerrado por vacaciones» se encargó de amenizar y animar a los invitados durante en cóctel. Además, quisieron «tener muy presente a los abuelos que nos faltaban y en especial a mi abuela materna. Para mí ha sido como una madre. Por ello, en las mesas cada invitado tenía un tarjetón en recuerdo a nuestros abuelos». Un detalle precioso.
Abrieron el baile con «When you say nothing at all», la canción favorita de Inés desde pequeña; «fue el baile más bonito y sentimental del mundo». Tras el baile, Inés preparó una sorpresa a Enrique, y contrató a un grupo que empezó a cantar la canción «Mi verdad» de Maná. «Nuestra canción». «Y la fiesta terminó con Javier Artola y Carlos Regatero, de Luba Music, que no pueden ser más cracks».
Como habéis podido ver en estas bonitas imágenes de Lorena San José, una boda preciosa, llena de momentos especiales y un diseño espectacular, como no podría ser de otra manera, viniendo de Cristina Valenzuela.
Inés, gracias por compartir conmigo todos los detalles del gran día. Os deseo lo mejor. ¡Mil besos pareja!
Fotos: @lorenasanjose_photographer
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