Hoy comparto con vosotros la boda de Marta y Carlos, una fuente de inspiración si te casas próximamente. Y es que la elegancia y delicadeza de Marta me conquistó desde el primer momento y por ello, no podía faltar en mi blog.
«A pesar de que estábamos viviendo momentos difíciles y que a lo mejor muchas cosas que teníamos en mente para el día de nuestra boda iban a cambiar por completo, estábamos decididos y dispuestos a dar el gran paso. Sabíamos que no iba a ser fácil pero es lo que nos había tocado vivir, y la vida es esto, superar las cosas de la mano y siempre juntos». Y con estas palabras tan duras como emotivas, quiero comenzar el artículo de hoy. Porque de esto se trata compartir la vida con alguien, de ser capaces de superar todos los obstáculos priorizando el amor y la unión entre ambos.
Marta y Carlos iniciaron su relación con tan solo 18 años, y 12 años después han decidido dar el gran paso. «Empezamos con 18 añitos y hemos vivido muchas cosas juntos, incluso con las familias de uno y otro. En mi casa, Carlos ha sido un hijo más para mis padres y un hermano más para mis tres hermanos, y viceversa». Qué bonito es cuando dos familias se empiezan a unir para dar lugar a una.
Me siento muy identificada con las palabras de Marta porque para mí, mi familia, también es lo primero. «Soy una persona muy familiar al igual que Carlos, y he tenido siempre una relación muy estrecha con mis padres. Desgraciadamente, mi padre enfermó y falleció en el 2018, un palo bastante duro para todos ya que nosotros éramos uña y carne. Mi padre siempre ha tenido muy buena relación con Carlos y se gastaban muchas bromas, estaba deseando que nos casáramos porque nos ha querido mucho a los dos y estaba muy contento de vernos tan felices. Pero aun así, siempre le decía que para poder casarse conmigo primero tendría que pedirle la mano a él, de su hija pequeña claro, sabiendo que Carlos es bastante vergonzoso para estas cosas. Pero se fue antes de tiempo y pensé que ese día ya no se haría realidad, que no estaría en nuestra pedida, en nuestra futura boda… Aunque desde arriba nunca ha dejado de acompañarnos.». Así es, la unión con los padres es tan fuerte que a pesar de marcharse, continúan presentes en todos los pasos que damos, y en este tan importante y especial, no podía faltar.
Se comprometieron en 2019 en Chancelas, una de las espectaculares playas de Pontevedra. Un lugar muy especial para la familia, ya que los padres de Marta siempre habían vivido en Galicia. «Vi a Carlos muy nervioso y me llevó a una playa preciosa, con un atardecer impresionante y rodeada de anclas, el símbolo que siempre había reflejado a mi padre, que era marino, y a mi familia».
«Y de repente Carlos me sentó en una roca, se arrodilló, y me dijo que me quedará tranquila, porque sin yo saberlo, en uno de los muchos días que pasábamos en el hospital, Carlos, se acercó a mi padre y le pidió mi mano y le dijo que le encantaría casarse conmigo pero que antes quería tener su opinión y la respuesta de mi padre fue un sí rotundo. Se puso muy contento y le dijo que siempre estaría con nosotros pasase lo que pasase… Imaginaos la emoción que me entró en el cuerpo sabiendo que mi padre se fue sabiendo que nos casaríamos… No le dejé terminar porque si no no iba a tener fuerza para responderle». Y así fue cómo comenzaron los preparativos, con la ilusión y tranquilidad de que su padre había aprobado el matrimonio y les estaba acompañando en todo momento.
La idea inicial era darse el Sí quiero el 20 de junio de 2020, un día antes del Santo de su padre, San Luis, pero la pandemia dio un giro inesperado y tuvieron que aplazarlo un año más. Así que el 6 de agosto de 2021, dos días antes de celebrar un año más juntos, cumplieron su sueño y el de su padre. «No pudimos avanzar mucho porque la tela del vestido no llegaba, venía de Madrid y estaba todo colapsado y parado debido a la pandemia. Fue mucho tiempo de preparativos, pero a la vez, me dio más tiempo para recuperarme y coger más fuerza para ese día tan especial. La verdad que disfruté mucho con mi madre de todo este proceso, nos mantuvo muy unidas y entretenidas». Como siempre digo, la actitud lo es todo, y siempre hay que sacar el lado positivo de las cosas, incluso en medio de una pandemia.
El diseño que eligió para su gran día no me puede gustar más, pues está compuesto por piezas cargadas de personalidad y carácter. «En cuanto al vestido, conté con Rosario Medina, una modista de Jerez de la Frontera (Cádiz) que ha cosido mucho a mi familia y cose de maravilla. Al principio tuve mis dudas en cuanto al vestido, ya que hay muchos estilos, cada uno precioso y con su esencia, pero claro, al tener que hacértelo no sabes lo que realmente te va a favorecer más o menos, el tipo de tela…. Son muchas cosas a tener en cuenta. Por ello, antes de todo, fui a varios sitios a probarme vestidos y vi qué era lo que más me favorecía. Y hasta que me puse a pensar con mi madre y le dije, «yo quiero algo sencillo, elegante, juvenil y moderno a la vez, original, pero que cuando pasen muchos años no me disguste», como pasa muchas veces porque las modas cambian, vuelven… Me encanta la moda y de hecho me gusta coser y hacerme ropa y sobre todo diseñármela, pero claro, quería algo que no pasara de moda y sobre todo que fuera yo, que sintiera que es algo con lo que me suelo ver. La verdad que pedía muchas cosas a la vez en una, pero terminé consiguiéndolo». A la vista está que el resultado fue todo un éxito.
«Elegí un crepé con un forro de piel de ángel (algo con más brillo) y una enagua espectacular. La enagua era preciosa, eso también tenía claro que lo quería, le daba un toque muy bonito y muy personal… Y no quería ballenas en el escote, quería algo más suelto y sencillo que se hiciera más a mi figura y cogí el mismo fruncido que tenía una de mis camisas con un escote medio trapecio y de pico con la que mi abuela siempre me dice que me ve muy favorecida. Sabía que quería mangas largas para la iglesia pero algo francesas, porque estábamos en agosto en el sur, podía hacer mucho calor. También quería puños anchos con botones, con los bordados y detalles del encaje de la enagua».
«Cogí una chaqueta que tiene un volante debajo y le quise poner ese detalle a la parte de arriba, ya que mi idea era convertir la parte de arriba en chaqueta para que diera la impresión de que era un vestido completo y luego dar la sorpresa de que me la podía quitar para el baile, nadie se dio cuenta de ello. La espalda llena de botones pero con una cremallera oculta para que fuera más fácil a la hora de quitármela».
«En la chaqueta tenía enganchada una preciosa cola que parecía que era parte del vestido sin sentir que eran cosas diferentes, parecía una chaqueta abrigo, daba un efecto precioso… la llevé hasta el momento de la cena que fue cuando me la quité y parecía otro vestido». Me encantan los vestidos dos en un uno. Es una gran opción para sorprender a tus invitados con un cambio sin necesidad de contar con dos diseños.
«Y luego cogí un vestido que tenía guardado, el cual mi abuela me decía siempre que me hacía tipazo… cosas de abuelas, siempre tienen cosas bonitas que decirte, jajaja. Era un vestido que lo hice hace tiempo pero nunca lo estrené y era de tirantes con el toque cruzado en la espalda, haciendo zigzag, y hacía un vestido más juvenil y algo sexy pero siempre elegante para el baile, y así saltar y bailar cómoda con todos mis invitados, y así fue ¡el vestido de mis sueños! Le dejé algo de cola porque aunque me quitase la otra larga que era preciosa, no quería que el vestido perdiera esa esencia de que era el vestido de novia donde sobresalía la enagua a la vez».
«Después de una larga espera, cuando llega el día no eres consciente de lo feliz que eres, y de todo lo que estás viviendo, cuando empiezan a maquillarte a peinarte, cuando vienen los fotógrafos a casa, cuando ves a tu madre arreglándose con su precioso vestido de Pronovias, a tus hermanas y sobrina, y cuando viene a recogerte tu hermano de su brazo…»
Del peinado se encargó Lucía Morillo, apostando por un semirecogido que le permitía lucir su preciosa melena. «Me puse velo, cosa que decidí justo antes de salir. El peinado era algo que sí me tenía algo desconcertada. Nunca me he puesto moños y no me suelo hacer muchas cosas en el pelo, tampoco quería llevarlo suelto del todo, lo tenía muy largo y entonces le dije que me pusiera un medio recogido sin fijarlo tanto. Quería algo sencillo y que los pelos se cayeran de forma natural. Terminé encantada con el peinado y era muy yo. Y me puse una peina de pistilos mates blancos para darle un toque al peinado. Era sencillo pero muy bonito y terminé poniéndome el velo que era de un tul de seda precioso con una caída muy bonita. Es algo que solo te lo vas a poner una vez en la vida y era una pena desaprovechar la oportunidad, así que me lo puse para la ceremonia nada más». Así es, lo más importante es ser fiel a tu estilo y optar por aquello que te haga sentir cómoda.
Del maquillaje se encargó María José Domínguez del Centro de Belleza Sándalo, en San Fernando. «Quise un maquillaje natural sin destacar mucho pero que se me viera arreglada, marcando un poco la mirada pero en tonos marrones muy suaves ya que no suelo maquillarme mucho y no quería verme diferente, y estuve encantada. Al final de la boda, seguía con el maquillaje intacto».
En cuanto a los pendientes, Marta apostó por un elegante y clásico diseño de Serván de San Francisco. «Los pendientes que me puse, fueron los pendientes hechos a medida desmontables de oro blanco, brillantes y perlas que me regalaron Carlos y su familia en la pedida».
En muchas ocasiones, encontramos complementos perfectos para el gran día en tiendas comunes como Zara. «Los zapatos que me puse eran unos muy cómodos de Zara de terciopelo rosita y no me los quité en toda la noche. Quería algo que no me hiciera perder el tiempo en cambiarme, no me quería perder ni un segundo de la boda».
Carlos, por su parte, tampoco se quedó atrás y apostó por un elegante chaqué de Alta Costura San Fernando (Sastrería Manolo). «Iba con un chaqué de paño azul marino precioso, y con un chaleco de la misma tela que el chaqué y una camisa azul celeste muy clarita. ¡Iba guapísimo!. Y llevó una corbata que le habían regalado mis padres, me encantó ese detalle».
La ceremonia tuvo lugar en la iglesia militar Nuestra Señora del Rosario, en la Carraca. Allí fue donde se casó la hermana mayor de Marta. No podía ser en otro sitio, ya que su padre era militar, y además esta iglesia está decorada con anclas en su interior. «Nos casó el tío de Carlos, que es sacerdote, Don José Brage, una persona muy cercana a todos y con mucho carisma. La misa fue preciosa y muy emotiva, como os podéis imaginar». Para la música de la ceremonia, contaron con Duo Gadir, Manuel y Jorge, amigos de la pareja. «Son increíbles, te dan mucha facilidad, nosotros elegimos las canciones que queríamos y ellos te las reproducen con cualquier instrumento y si quieres que te canten también, fue impresionante de bonito. ¡Qué preciosidad de música!».
Tanto de la decoración floral de la iglesia como de su ramo y del de las madres, se encargó Decorflor Floristas. «El altar me lo puso impresionante y la Virgen estaba preciosa. En la entrada me puso dos columnas de flores increíbles con florecitas en tonos blancas y algún color porque quería darle algo de alegría. Estaba precioso».
Las hortensias nunca fallan y en el ramo de Marta fueron las protagonistas. «Tenía claro que quería hortensias blancas, con mucho eucalipto, avena y un toque rosita con siemprevivas, como mis zapatos. En el ramo pusimos un lazo de terciopelo del mismo color que los zapatos también y dos medallas que significan mucho para mí: la Virgen de la Milagrosa y la Virgen del Carmen, con las dos que se fue mi padre». El ramo fue regalo de su hermano, y quiso tener un detalle muy especial regalándole una réplica para poder llevársela al cementerio. «Me hizo mucha ilusión y fue muy emotivo, no pude resistirme a que me cayeran algunas lágrimas».
Ya sabéis de mi debilidad por los pajecitos, y los de Marta y Carlos me han robado el corazón por completo. «Los pajes y damitas iban vestidos de Un Vestido Para Ti, donde trabaja mi hermana Julia con su amiga María Jesús, que tienen cosas ideales, en San Fernando. Mi ahijado llevaba una pizarra donde ponía aquí viene mi «marrina». Siempre me ha llamado así y me hacía mucha gracia».
«Me recogieron en el coche de mi padre que lo llevaba mi cuñado Pablo. Era su Citroën C5 azul marino precioso y me hacía mucha ilusión montarme otra vez en él para este día tan especial. Mi madre también venía con nosotros, no podía estar mejor acompañada».
«Ese momento al que tanto miedo le tenía, que era entrar en esa iglesia sin el brazo de mi padre, fue lo más bonito que viví junto a mi hermano, sabía que iba acompañada de los dos, con ese beso que me dio mi hermano en la frente justo antes de entrar, sabía que mi padre también estaba allí y me dio mucha fuerza».
«Cuando ves que estás llegando, y ves como tu madre te empieza a preparar, colocándote la cola, el velo, me sentía la más afortunada del mundo, porque la quiero con locura, quería que todo saliera bien y estuviéramos muy felices. ¡Qué haríamos sin nuestras madres!
La entrada a la iglesia fue de lo más emocionante. Después de tantos obstáculos, por fin había llegado el gran día. «Entras viendo como todos te miran emocionados y orgullosos, tus amigos, familiares… es algo inexplicable y cuando levantas la cabeza y miras al fondo ves a la persona que más quieres esperándote y mirándote con los ojos empañados de ilusión decidido a pasar el resto de su vida a tu lado. Creo que no hay otra cosa más bonita que esto, aunque creo que sí, cuando lleguen esos hijos y ver la familia que formamos juntos, pero esa es otra etapa que hay que pasar juntos».
Marta contó con la mejor compañía posible, su hermano, que se preocupó de que no le faltara nada en ningún momento. «Veía como mi hermano no paraba de abanicarme y de darme la mano, mirándome con esa cara de felicidad, qué emocionante, siempre atento a todo».
«En la ceremonia solo se me venía a la cabeza mi padre, al que le estuve dando las gracias todo el rato por todas las cosas bonitas que me había regalado en la vida y por hacer que ese día fuera el más mágico de todos, por darnos a todos fuerza y hacer que solo tuviéramos alegría en nuestras miradas».
Todo salió a pedir de boca. «No podía salir todo tan bien, incluso ese día habían dado un poco de viento, ya que en el sur es propenso a tener mucho levante, pero fue salir de casa y se quedó un día precioso, sin calor, sin frío, sin aire… Desde luego, nos estaban acompañando desde arriba, no nos cabe la menor duda». A mi tampoco, estoy segura de que fue la manera que tuvo su padre de decirle «estoy contigo».
Marta tenía muy claro cómo quería que fuese su boda, y es que su estilo y su exquisito gusto me cautivó desde el primer momento que recibí las espectaculares imágenes de JFK. «Lo tenía todo muy claro, la decoración, lo que me gustaba, qué estilo de boda me encantaba. Quería un sitio con mucho verde, donde se pudiera ver nuestro precioso atardecer del sur con la Bahía de Cádiz y un sitio donde pudiéramos celebrar todo al aire libre». Y ese sitio no podía ser otro que Dehesa Bolaños contando con su Catering inigualable Alfonso Catering. «Tanto la atención como el servicio y la calidad gastronómica que ofrecen fue un espectáculo, y era lo que Carlos y yo considerábamos más importante». Así es, para mí la gastronomía también es algo que no puede fallar en una boda. Contratar a un buen catering es fundamental para que el resultado sea todo un éxito.
Marta apostó por una boda rústica pero chic, otorgando mucha importancia a la iluminación. «Al ser una boda de tarde y al aire libre quería tener mucha iluminación para que la finca no se quedara muy oscura cuando anocheciese, y puse luz indirecta en la fachada de la finca y en los árboles, y luego en la cena unas lámparas de ratán preciosas. Para ello, conté con los mejores, kokko Eventos, que no pueden ser más profesionales. ¡Qué bonito quedó todo!».
De la decoración, se encargó el propio catering, Alfonso Catering, que contaba con material acorde al estilo de la boda y al gusto de los novios. Aunque fue Carmen, la dueña de la finca, quién realizó el montaje y el resultado, a la vista está, que fue de 10. «Elegí los vasos tallados, los candelabros con velas y con los tonos de flores que quería, los salvamanteles de mimbre y las sillas crossback del mismo color que los salvamanteles y candelabros. Los invitados quedaron impresionados de lo bonito que estaba todo, incluso nosotros, que sabíamos como iba a quedar, pero una vez que lo vimos en directo pensamos, ¡es que es la boda de nuestros sueños!». «Queríamos muchas cestas de flores y también le pedimos a Carmen que nos iluminara el árbol más grande de la finca, y la parte del baile que quedó ideal. Carmen es una artista». No faltó detalle: mesa dulce, seating plan diseñado por Marta con el representativo ancla de fondo, zona chill out, rincón de alpargatas… También, contaron con uno de los espectaculares neones de The Light Team Ledilux en el que ponía «All you need is love» y un fotomatón de Jesmadron. «Habíamos contratado al principio una caravana donde las fotos se hacían dentro, era chulísima. Pero con el tema del covid tuvimos que cambiarlo y se adaptó perfectamente a las circunstancias, los invitados se lo pasaron pipa». Lo cierto es que esta situación no ha sido nada fácil para el sector y me gustaría destacar cómo los proveedores se han adaptado a las circunstancias ofreciendo las mayores facilidades a las parejas.
Como no podía ser de otra manera, hicieron una entrada triunfal al banquete. «Lo más divertido fue el momento en el que entramos en la cena, pusimos una música super divertida (Iconapop- all Night), donde todos lo dieron todo con nosotros, subidos a las sillas, Lo pasamos genial, fue un momento muy top jaja».
«Llegar al convite y verte rodeada de toda esa gente con la que has pasado gran parte de tu vida, que son tus amigos íntimos, primos, tíos, hermanos, abuelos, padres…y pensar que están ahí por nosotros, celebrando nuestro día a nuestro lado, bailando saltando, todo es precioso, después de tanto tiempo de restricciones y confinamientos, era una alegría tener esos reencuentros con todos ellos».
Si hoy podemos recordar estos grandes momentos es gracias a JFK. Como siempre os digo, el fotógrafo y videógrafo son de los proveedores más importantes y los responsables de que tras la boda podáis volver una y otra vez a ese día tan especial a través de las imágenes. «Son unos profesionales increíbles, también amigos, que hicieron que el día fuera mágico con esas impresionantes fotografías que nos hicieron, capturaron todo y sabían los momentos más importantes, incluso nos llevaron a un parque natural precioso con la luz del atardecer, y nos transmitieron mucha tranquilidad desde el principio. Igual nos pasaba con Alfonso Vázquez, que se encargó del vídeo de la boda, un súper profesional en su trabajo, donde ha reflejado el recuerdo más bonito de nuestra vida, rodeados de los que más queremos. Los vídeos son preciosos, Alfonso es muy especial para nosotros».
«Lo que sí nos ha enseñado la vida, después de vivir momentos tan duros, es que hay que disfrutar y vivir al máximo el presente y rodearte de las personas que más quieres y disfrutar todo lo que puedas con ellas, por eso, no queríamos perder el tiempo y fuera como fuese estábamos dispuestos a darlo todo y a empezar una vida juntos después de tantos años, no podíamos alargarlo más. Ha sido la mejor decisión de nuestras vidas».
«Y puedo decir que después de todos estos preparativos de emoción, ilusión, de muchos sentimientos a flor de piel esperando el gran día, es el día mas bonito que pueden vivir dos personas que se quieren y deciden pasar el resto de sus vidas juntos. Lo repetiría mil veces, y aunque no estuvieran todas las personas que queríamos a nuestro lado, las sentimos muy cerca y sabemos que lo vivieron igual de bonito que nosotros. Deseo a todas esas parejas que han decidido dar el gran paso que sean igual de felices que nosotros y que nunca sale nada mal si ellos están dispuesto a darlo todo junto a los que más quieren. Sea como sea y donde sea, lo importante es que se quieran para siempre.
Y como digo siempre Family is your Anchor».
Y con estas palabras de Marta ponemos fin a este artículo que nos hace recordar lo verdaderamente importante: la familia y el amor, y que además anima a todas esa parejas a dar el Sí quiero independientemente de las circunstancias. Gracias por compartir conmigo vuestro gran día. Os deseo todo lo mejor para esta nueva etapa en la que, estoy convencida, que os acompañará tu padre en cada paso que deis. Gracias de corazón por tu conmovedor relato.
Fotos: @jkfimagensocial