La boda de Janire e Íñigo en Bilbao

La boda de Janire e Íñigo en Bilbao

La boda de Janire e Iñigo me conquistó desde que vi una de las fotos de Alejandro Bergado. Su vestido de Alicia Rueda, la espectacular decoración de Itziar Ortuondo y el estilazo de Janire fueron un auténtico flechazo y hoy os traigo los momentos más especiales de este día.

Janire e Íñigo se conocieron gracias a su cuñado y en Tailandia, concretamente en Phi Phi, en un viaje con amigos, fue donde Iñigo le pidió matrimonio; «¡Nunca lo hubiera imaginado! Éramos 8, un viaje de 20 días y 5 días antes de volvernos a Bilbao, un 5 de diciembre me convertí en la mujer más feliz del mundo».

«Con mi canción y un chaski. Y digo chaski porque fue así, un chaski barnizado por mi hermana, con su caja de Suárez, y no pudo ser más romántico. Soy una afortunada y cuento con 3 anillos de pedida, el chaski, un anillo tailandés que le compraron a Iñigo, los amigos con los que viajamos, y el anillo oficial, como el de mi madre, oro amarillo y con el que siempre soñé».

Janire eligió un diseño de Alicia Rueda. «Ella hizo Magia con mi vestido y consiguió ese “efecto wow” que yo le pedí en nuestra primera reunión. Un vestido sencillamente perfecto. Cuello redondo, mangas asimétricas, organza de seda en el hombro izquierdo simulando una lazada “a medio hacer“, un bordado de quitar el hipo, unos botones tipo joya en la trasera, abertura en la falda, largura midi, cola interminable…«.

«Vestido que elegiría una y mil veces más con los ojos cerrados. Gracias Alicia por hacerme sentir única y muy muy especial, era muy YO». Y es que sin duda, para mí eso es lo más importante, que seáis vosotras mismas, que os sintáis identificadas y que vayáis cómodas en un día tan especial.

Completó su look una diadema de Anita Ribbon «fue mi signo de identidad con mucha diferencia, soy una loca de los tocados y en mi boda no podía ser de otra manera». Confió en Maider, del estudio Jaione Amantegi; «una chica ideal. A día de hoy es mi peluquera oficial y no la cambio por nada». Y la maquilló Josune Méndez, maquilladora y ahora amiga.

Eligió unos pendientes de Legorburu. «Dos pendientes diferentes, unos tipo joya para la ceremonia, regalo de mi hermana, y otros brutales para el baile. Son un imprescindible en mis looks de ocasiones especiales, y es que buscaba precisamente eso, no guardarlos en un cajón, si no lucirlos con frecuencia y que me recordaran al que fue el día más feliz de mi vida».

Lució unos zapatos de Just – ENE, regalo de su amiga Elisa; «soy amante de los zapatos, y tenía claro que los quería especiales, viniendo de ella, me bastaba para que lo fueran. ¡Magia! Al llevar vestido midi, tenían que ser perfectos, un color elegante, cómodos y con un diseño especial, hechos para mí, auténticos». El ramo, creación de Flores Elorz, también fue especial y como nos cuenta; «me decidí por él la misma semana de la boda. Tenía claro que debía llevar magnolio y si era con tulipanes, mi flor, el resultado sería perfecto. Quise tirarlo y una muy buena amiga lo cogió, no me pudo hacer más feliz. Espero le vaya acompañado de mucha felicidad».

La ceremonia fue en la iglesia de San Vicente de Abando de Bilbao, «como no podía ser de otra manera. Un lugar mágico, templo renacentista, considerado uno de los mejores ejemplos de iglesia columnaria del País Vasco». Estuvo llena de momento especiales y el coro Inmakuladako Abeslariak hizo que fuera aún más emotiva.

Tras la ceremonia se trasladaron al Jardín de Barretaguren; «una casa indiana en el municipio de Gueñes. Ese lugar con el que nos sentimos identificados los dos y que encajaba a la perfección en nuestra imaginación.
Teníamos claro que queríamos una boda al aire libre, cercana y que nos permitiera adecuarla a nuestras necesidades y nuestra esencia»
.

Itziar Ortuondo hizo magia. «Fue nuestras manos y pies. Ella nos llevó la organización del gran día y colaboró mano a mano conmigo en la elección de la decoración, algo muy importante para mí. Itziar me caló rápido, es una mujer muy profesional y muy humana, la echo de menos».

Y de Bilbao a Madrid para encontrar a Quilicuá, que se encargaron del catering. «Un recorrido precioso, único y especial» hasta que llegó el gran día. «Cuando un equipo trabaja desde el corazón sobran las palabras».

Y si hoy podemos ver lo momentos más especiales de su boda es gracias a estas fantásticas fotos de Alejandro Bergado. ¡Un gran descubrimiento y un trabajo maravilloso!

Janire, gracias por compartir conmigo un día tan especial. ¡Estabas espectacular! Os deseo lo mejor. Mil besos desde Madrid.

Fotos: @alejandrobergado

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